Había una vez un ogro bonitísimo. Era narizudo, orejudo y cabezón, pero tenía unas antenas de colorines. Había una bruja malvada que iba por los pueblos convirtiendo a los niños en cabras con rabo y cuernos. Un día, el ogro cansado de ver lo mala que era esta bruja, decidió llamar a sus amigos los gnomos. Juntos hicieron una trampa para la bruja y cuando la bruja cayó en la trampa, se neutralizó su hechizo y los niños, al fin, fueron normales. Y... Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Mauro
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