Érase unha vez un gato llamado el Gato con botas. Un buen día iva paseando tan tranquilo y se encontró con una serpiente que en realidad era una reina encantada. El gato guardó su espada porque se dio cuenta de que a la reina serpiente las espadas no le gustaban nada y los dos se hicieron amigos. Siguieron su paseo y se encontraron con un puerco espín muy mono. Estaban tan felices cuando de pronto se les apareció un monstruo. El gato lo mató y nunca más volvieron a tener problemas, vivieron felices y comieron perdices.
Noé
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