Érase una vez una bruja que se llamaba Piruja. Un día hizo una poción mágica para hacerse un amigo y le salió un amigo. Era un fantasma que era muy gracioso y chistero, se llamaba BIgotudo porque le llegaba el bigote hasta el suelo. Como se hicieron muy muy amigos se enamoraron, se acostaron juntos, se fueron al cine y se dieron un beso en la boca. Colorín, colorín este cuento llega a su fin.
Miguel A.
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