jueves, 25 de abril de 2013

EL DEMONIO QUE ENCERRÓ A LA REINA


Érase una vez un demonio que encerró a la Reina de las Nieves. La jaula estaba guardada por el puercoespín, de tal forma que si te acercabas a la jaula, el puerco espín te pinchaba con una púa.
El gato con botas, que era muy valiente, dio un gran salto, pasó por encima del puercoespín y salvó a la Reina de las Nieves.
Y... pinchín, pinchado, este cuento se ha terminado.

Miguel P.

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